Que no se pierda la bonita costumbre de dejar de escribir cuando mi vida es un desmadre, ¿verdad? Siendo honesta, estos últimos meses me ha servido no tener la presión constante de escribir para el blog. Mi vida dió un giro inesperado hace un par de meses, uno que pensé que no daría nunca, y el tiempo de “descanso” de escribir constantemente me ha servido para enfocarme en otros proyectos.
Suena súper cliché esa frase que usan todos al principio de cada año “año nuevo, yo nuevo” (suena mejor en inglés), ¿apoco no? Somos las mismas personas que eramos 24 horas antes, el año pasado, pero creo que muchos vemos la entrada de un año como una oportunidad de empezar de cero y el momento adecuado para hacer cambios en nuestras vidas. En mi caso, los grandes cambios empezaron a finales del 2017.
Los últimos 2 meses han sido meses de que la vida me callara la boca. Todo lo que en algún punto dije que no haría, o que a mi nunca me pasaría, ha sucedido de la mejor manera posible.
Si me hubieran preguntado hace 6 meses que si algún día iría a terapia con un psicólogo, me hubiera reído. Yo era de esas personas que no creían en sacar mis penas, alegrías y traumas con un desconocido. Es más, ni siquiera era de las personas que sacaba todas sus penas, alegrías y traumas con sus amigos o familiares cercanos. De chiquita me obligaban a ir y no saben como lo odiaba; en verdad tenía una muy mala idea de lo que era la terapia. Hoy, el miércoles es mi día favorito y no me puedo imaginar una semana sin ir a descargar mi estrés con Magnolia. Nunca digan nunca...
Siempre fui esa persona que dijo que nunca, jamás, por ningún motivo tendría su propio negocio. Me sonaba a que era demasiado trabajo y pues, que miedo tomar un riesgo así. En diciembre del año pasado surgió la oportunidad de tomar un proyecto nuevo y empezar un negocio propio. Es un área totalmente nueva para mí, pero ahora que veo las cosas que han pasado recientemente entiendo que todo sucedió así, de tal manera que la vida me fue llevando por el camino que debía seguir. Jamás me imaginé estar tan emocionada por algo así, pero desde el momento que la oportunidad se presentó sentí mariposas en la panza.
En serio, niños, nunca digan nunca.
Otra de las cosas que me ha pasado recientemente que ha requerido de mi atención total, tiene que ver con una llamada que recibí hace poco. Una de mis amigas, llamémosla N*, me llamó hace poco, con una propuesta de trabajo súper padre. No puedo decir mucho, pero si puedo decir lo emocionada que me siento, no solo por la propuesta, sino por trabajar con N. Ambas somos egresadas de CEDIM, y nos conocimos casi por accidente. Cuando empezamos a ser amigas, dijimos que algún día haríamos algo padre juntas. Y, bueno, pues ese día llegó.
Mi vida poco a poco se acomoda a la manera en que originalmente la pensé. Estoy perfectamente consciente de que estos cambios no han sido accidentales, y que lo bueno que hoy me está pasando es el reflejo del esfuerzo que he hecho por alejarme de lo que no quería para mi y de buscar ser la mujer que quiero ser. Me falta muchísimo camino por andar, me falta caerme mil veces, pero hoy más que nunca antes me siento segura de los pasos que doy.
Parte de los cambios que me he propuesto es escribir de manera consistente, así que aquí va mi primera publicación del año. Prometo encontrar el tiempo de escribir en este espacio la mayor cantidad de veces posible, prometo no alejarme cuando todo parezca un desmadre, y prometo seguir el camino para ser la mujer que quiero ser.
I didn't know what I wanted to do, but I always knew the woman I wanted to be.
-Diane Von Furstenberg
Xo,
C.
*La inicial de su nombre fue cambiada. N, si lees esto, ¡hola!
I don’t know if you’ve noticed, you probably have, but I tend to have this beautiful habit of not writing when my life is a hot mess… Being totally honest, not having the pressure of having to constantly come up with blog content has been a nice vacation. My life gave an unexpected turn, one that I never expected to happen, and completely turned upside down in the absolute best way possible. So, the time off this space has been a welcome break that gave me the chance to focus on those other projects.
Yes, I know saying “new year, new me” is a cliché as someone can get every January. I mean, we’re still the same people we were 24 hours ago, when it was still last year, but I guess we all see the start of a new year as the opportunity to start again. It also usually feels like the right time to make big changes. In my case though, big changes started happening since December 2017.
The last 2 months of my life have been basically the Universe shutting my mouth and making me eat my words. Almost everything I always said I wouldn't do, has happened.
If 6 months ago, someone had asked me if I thought I’d ever end up going to therapy with a psychologist, I would’ve laughed at that person’s face. And I mean, laughed hard. I was never one to believe in the power of psychology, and never really understood what good could come out of letting some stranger into the inner workings of my mind. Hell, I don’t think I understood what good it did to tell my friends, so for the most part I didn’t share what I felt. As a child I was forced to go to therapy a couple of times, and I hated every single one of those. In fact, now that I think of it, maybe I always hated the idea of therapy because I was forced to go. Nowadays, I can’t imagine my schedule without knowing that every Wednesday I get to unload my stress and frustrations in my sessions with Magnolia.
The same way I never believed in therapy, I never wanted my own business. I used to say that under no circumstance I’d put myself through that kind of stress and uncertainty. Fortunately, the world works in mysterious ways, and last december life once again made me eat my words. The opportunity came up and I took it in a heartbeat. It’s something completely new to me. Although the time working for my dad helped quite a bit in making me understand some basic aspects, it’s still an area where I’m completely new. Life has a funny way of letting things happen, and I now understand that it’s leading me through the path I must follow to be the woman I want to be. I never imagined I’d be so excited about something like this, but since the first moment, I felt butterflies in my stomach that I hadn’t felt in a very long time. N
Another big thing that’s been going on recently has to do with a phone call I got a couple of weeks ago. One of my friends, let’s call her N*, called me a few weeks ago with a very interesting proposal. I can’t really say much, but I can say that I’m excited about this new project and I’m excited I get to work with her. Ever since we met, almost by accident, in CEDIM, we said we’d end up working together sooner or later. Well, the time has come.
My life has started to fall back in place little by little, finally becoming a lot like what I’d originally thought out for myself. I’m very much aware that these changes haven’t been accidental, and that what’s happening today is a reflection of how much effort I’ve put into leaving behind anything I didn’t want for myself and everything that didn’t make me happy. There’s still a long way to go. I’m sure I’ll fall a thousand times, but now more than ever I’m sure of every step I take.
One of the things I promised myself this year was that I’d find the time to write more consistently on here. So, here it is. My first post of the year, on the last day of January. Here goes the first step towards becoming the woman I want to be.
Xo,
C.
*Initial has been changed to protect her identity. N, if you're reading this, hi!