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Foto del escritorCes Heredia

Millennial Pink: El color que define a una generación.


A los ojos de muchos, principalmente de la generación de nuestros padres y abuelos, los millennials somos la generación malcriada por excelencia. Es fácil para muchos de los pertenecientes a generaciones anteriores criticar nuestra manera tan peculiar de ver el mundo, pero muchas veces olvidan que fueron sus acciones las que formaron nuestras vidas, nuestra forma de pensar y esa visión que de la que tanto se quejan. Es normal que toda generación “adulta” critique a las que le siguen, por lo general las generaciones tienen características que responden a las carencias de la anterior.

Los millennials somos todos aquellos nacidos entre los años de 1981 y 1995. Nos tocó nacer en una época de prosperidad económica previa a la crisis, por lo que nuestras infancias fueron relativamente cómodas. Fuimos la primera generación que aprendió a usar desde primaria, de cierto modo se puede decir que crecimos y maduramos de la mano del internet. Desde pequeños hemos sabido que tenemos en nuestras manos, literalmente, toda la información que necesitamos.

Millennial Pink / Pinterest 2017.

Hacer una lista de todas las características que nos definen como generación sería una tarea de nunca terminar. Si bien es cierto que los millennials somos personas que buscan la autenticidad y el “ser únicos”, también es cierto que compartimos muchísimos comportamientos, formas de pensar y gustos. Una de esas cosas que compartimos es el color rosa. Sí, ese color que hoy en día tapiza nuestros feeds de Instagram, nuestros guardarropas, las revistas y prácticamente cualquier cosa que podamos imaginar. Si está pensada para millennials, seguramente es (o hay opción) rosa.

Desde el inicio de la generación Millenial, el rosa ha estado presente, empezando por la aparición en 1981 de Memphis Group de Ettore Sottsass y su mobiliario en colores pasteles, que fue considerado una mezcla entre Bauhaus y Fisher Price.

En 1998, Juergen Teller fotografió a Kate Moss en la cama, entre sábanas y almohadas blancas con su pelo pintado de rosa. Es imágen es ahora una de las fotos que, según Moss, es una de las fotografías más icónicas de los fotógrafos noventeros.

Kate Moss x Juergen Teller, 1998.

Los años 2000 fueron el verdadero boom de este color, Paris Hilton hizo del color rosa su marca personal, Paul Smith abrió en Los Ángeles su tienda rosa neón (misma que hoy sirve de fondo para un sinfín de fotos en Instagram), los tracksuits de Juicy Couture fueron parte el clóset de más de una y Acne Studios debuta su bolsa de compras color rosa.

Si bien es cierto que los millennials crecimos con este color sin prestarle mucha atención, también es cierto que en los últimos 15 años el rosa millennial, que ha sido descrito como un “rosa barbie” mucho más relajado, dejó de ser simplemente un color más y se convirtió el el color que nos define como generación.

Desde las bolsas de Mansur Gavriel con interiores rosas (inspiradas en el arquitecto mexicano Luis Barragán), el boom en ventas de vino y champaña rosa, principalmente gracias a la creación de la marca lifestyle Yes Way Rosé de Erica Blumenthal y Nikki Huganir hasta la portada de Hotline Bling, la canción de Drake, la colección más reciente de Fenty x Puma, el iPhone rosa y el restaurante de Pietro Quaglia, Pietro Nolita, en la ciudad de Nueva York… El rosa millennial es un color estético y visualmente atractivo por el que es indudablemente estamos fascinados.

Gucci Fall/Winter 2017 // Pinterest.

Pietro Nolita, NYC. // Pinterest.

Tal es el grado de fascinación por este color que en 2015 Pantone, la empresa americana creadora del sistema de identificación, comparación y comunicación del color para las artes gráficas Pantone Matching system, nombró al color rosa cuarzo uno de los dos colores del año (2015 también fue el primer año en que la empresa develó dos colores del año, y no uno solo como lo había hecho antes).

La psicología del color dice que el color rosa es un color que representa la compasión. Se relaciona con el amor, el entendimiento y al dar y recibir cariño. Pantone describió al color Rose Quartz como un color persuasivo y gentil, que transmite compasión y un sentido de compostura.

Como bien lo mencioné antes, fuimos una generación que nació en la época pre-crisis, durante un período de estabilidad económica que hoy en día extrañamos. El rosa, al ser un color nostálgico, nos remonta a esos días en los que nuestras vidas eran mucho más fáciles. La nostalgia noventera y el rosa van de la mano. Es un color desaturado, que nos recuerda tiempos mejores pero que también nos da la confianza para mejorar el entorno en que nos encontramos. Además, este color, que por lo general asociamos con lo ultra-femenino hoy en día ya no tiene esa carga emocional y social de ser “un color de niñas”; se ha convertido más bien en un reflejo de nuestro modo de pensar: no es lo suficientemente pasional ni fuerte como el rojo, pero tampoco es tan vacío y neutral como el blanco.

Obviamente no todo es miel sobre hojuelas, como todo color, y toda generación, el rosa también tiene un lado negativo. Este color puede representar no solo lo bueno que tiene nuestra generación, si no también nuestra naturaleza híper emocional e híper cautelosa. El rosa millennial es el color perfecto para describir a la generación que cree en el género como un espectro y no como un código binario, para la generación que neo-feminista, que protege los derechos LGTBQ+ y que prefiere coleccionar experiencias que cosas. Somos la nueva generación del cambio, que vino a romper expectativas y estereotipos, y con nosotros retomó fuerza el color de la empatía y la esperanza.

Xo,

C.

 

In the eyes of most of our parents and grandparents, millennials are the brattiest, most spoiled generation yet. I guess it’s easy for a lot of people that belong to previous generations to criticize the (quite peculiar) way we view and understand the world we live in, but oftentimes they seem to forget that our thoughts and world view have been shaped by the actions of those who come before us. An elder generation criticizing the new “youths”, as Schneider from New Girl very aptly calls them, is nothing new, after all, we were raised to have, to believe and to be everything that our parents weren’t.

Anyone born between the years of 1981 and 1995 is considered a millennial. We had the the fortune of being born in a time of economic prosperity, so most of our childhoods were relatively comfortable. We were the first generation of kids that used computers and the internet as toddlers, maybe in a way we grew up and evolved at the same time as the internet did. We’ve known from a young age that we quite literally have in our hands any and every information and knowledge we could ever think of.

While it is true that we, as a generation, tend to seek individualism and uniqueness, its also true that we share a los of behavioural patterns, thoughts and ideas. Trying to make a list of all these attributes that define our generation would be a story without an end. There is, however, one thing that has been part of our lives since the very beginning of millennial times. That thing, well, color, is pink. Yes, pink. That same color that we now see flooding our Instagram feeds, our wardrobes and even our homes. If somethings is made or thought for millennials, then it will very likely come in pink.

Since the beginning of millennial times, pink has been a part of its history, starting with the creation of Ettore Sottsass’ Memphis Group in 1981. The furniture company created pink (and other pastel colored) furniture that was considered a mix between the Bauhaus and Fisher Price.

Then, in 1998, came Juergen Teller’s now iconic photograph of a pink-haired Kate Moss in bed. Moss described this image as one of the most iconic and representative images of 90’s photography.

With the new millennium came the real boom of the pretty, pink color. Paris Hilton built her whole brand around it, Paul Smith opened his neon pink store in LA (the same one that now serves as a backdrop for tons of Instagram photo-ops), Juicy Couture made sure every millennial girl had a pink velour tracksuit in her closet and Acne Studios debuted their pink shopping bag.

Pink has been a part of us ever since our childhoods, but we never really bothered to pay much attention to it recently. In the last 15 years Millennial Pink, which has been describes as a washed-out version of Barbie Pink stopped being just a color and started being the color that defines us as a generation.

From Mansur Gavriel's bucket bags with pink lining (inspired by mexican architect Luis Barragán), the sudden boom in rosé wine and champagne sales (mostly due to Erica Blumenthal and Nikki Huganir’s lifestyle brand Yes Way Rosé) to Drake’s cover for the Hotline Bling single, Rihanna’s Fenty x Puma collaboration and Pietro Quaglia’s NYC restaurant, Pietro Nolita… Millennial Pink is a visually pleasing color that has our generation undoubtedly fascinated.

Such is the color’s appeal that in 2015, Pantone, the company behind the Pantone Color Matching System named Rose Quartz as one of its two colors of the year (2015 was also the first time ever that the american company named two, and not one, colors of the year)

Color psychology describes pink as a color that represents compassion. Its deeply related to love and understanding, and to the act of giving and receiving love. Similarly, Pantone described Rose Quartz as a persuasive and gentle color, that transmits compassion and a sense of composure.

As i mentioned before, we were the generation born in a pre-crisis time, during a (some would say short-lived) period of economical stability that many of us still miss today. Pink, being the nostalgic color that it is, reminds us of those easier days when life was much simpler. 90’s nostalgia and pink go hand in hand for us; its desaturated tones remind us of our childhoods, when things seemed better, but also gives us a sense of confidence to change the environment we’re in.

Another thing that makes pink so attractive for us millennials is the facts that the old cultural and social baggage and associations the color had with femininity and girl-girlness are slowly disappearing. Pink is now not only the color for girls, but the color for everyone. It reflects our generation’s general way of thinking and approaching life: it’s not as passionate and strong as red, but its not as empty and neutral as white either. Of course, its not all good. As with every color, and every generation, pink and millennials share the same negative aspects: the lack of self-reliance and self-worth many of us have felt as some point in our lives. It also represents an an overly emotional and overly cautious nature, which again, many of us share.

Millennial Pink is the perfect color to describe us, the generation that thinks of gender as a spectrum, rather than a binary code. The neo-feminist generation, that protects LGBTQ+ rights and that would much rather collect experiences than things. We are the new generation of change, that came to disrupt and break expectations and stereotypes, and with us came a color that embodies empathy, hope and everything our generation strives to be. Xo, C.

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