El mundo de la alta costura casi siempre va acompañado de un cierto aire de misterio y fasinación, y con toda razón. Este mundo, hasta cierto punto desconocido, nos llama la atención no solo por las creaciones que temporada a temporada se presentan en la semana de la moda de alta costura, sino por el sigilo y la discreción con que se esconden estas creaciones.
Haute Couture es un término en francés, que significa literalmente alta costura. Se refiere al arte (si, la neta si se puede considerar arte lo que hace esa gente) de crear piezas a mano de principio a fin, con textiles y materiales de la más alta calidad, súper lujosos y a veces hasta medio inusuales. Suelen ser creaciones hechas a la medida, ya sea en el caso de las modelos que las usan en pasarela, o de las pocas clientas que tienen los medios económicos y las suficientes conexiones sociales para obtener acceso a este “club”*. La colección privada de alta costura más famosa es de Mouna Ayoub, socialité y empresaria francesa, de origen libanés. Se estima que Ayoub tiene en su posesión más de 1,600 piezas de alta costura.
El término Haute Couture tiene su origen con las creaciones del Inglés Charles Frederick Worth, quien tenía su taller y clientas principales en Francia. Hoy en día, el término está protegido por ley, y solo tienen derecho legal de usarlo las personas o marcas que la Chambre Syndicale de la Haute Couture Parisienne, quien es la comisión que regula la calidad de las marcas y diseñadores que pertenecen a ella, autorice para hacerlo.
La Chambre Syndicale de la Haute Couture Parisienne establece que solamente las compañías y diseñadores que mencionan en su lista anual, la cual es verificada por el Ministerio francés de la Industria, tienen derecho a usar el término alta costura. Esta cámara fue fundada en 1868 como una manera de regular a sus miembros en cuanto a los estilos, la pirateria, las fechas de presentación de colecciones, relaciones con la prensa e impuestos entre otras cosas, asegurando así el más alto nivel de calidad y servicio para sus clientes.
El 1930, 62 años después de la fundación de la Chambre Syndicale, se crea una escuela afiliada, llamada L’Ecole de la Chambre Syndicale de la Couture (que literalmente significa, “escuela de la cámara sindical de costura”... Vaya que se quebraron la cabeza con el nombre). Esta escuela tiene como propósito principal formar a los futuros couturiers, o los diseñadores que están a cargo de las casas de alta costura en la actualidad, además de educar a todo el personal encargado de cada uno de los detalles de la creación de las piezas Haute Couture. Desde las costureras y patronistas, hasta la persona que elige los textiles y bordados, absolutamente todo, está regulado por la Chambre Syndicale de la Haute Couture.
Los criterios para formar parte de este selecto grupo perteneciente a la CSHCP son varios y la última actualización a esa lista se hizo en 1992, hace 25 años. Para obtener el derecho de usar el término alta costura, una casa de moda debe tener entre otras cosas:
Un atelier (taller) en París, con al menos 15 personas laborando en él de tiempo completo.
Crear diseños “por pedido” y hechos a la medida para clientes privados con al menos un fitting formal.
Tener al menos 20 empleados técnicos (costuras, patronistas, etc.) trabajando de tiempo completo.
Presentar dos colecciones al año (una por temporada) de al menos 50 diseños originales al público, que incluyan tanto prendas de día como prendas formales.
Existen 5 tipos de miembros de la Chambre Syndicale de Haute Couture:
Los miembros regulares, es decir, las marcas y casas de moda de origen francés. (Chanel, Dior, Giambattista Valli, Givenchy, Jean-Paul Gaultier, Maison Margiela, etc)
Los miembros correspondientes, o extranjeros. (Armani Privé, Atelier Versace, Elie Saab, Valentino, Viktor & Rolf)
Los miembros invitados, que como lo dice el nombre son invitados por temporada y no miembros permanentes. (Guo Pei, Ilja, Ralph & Russo, Zuhair Murad, etc)
Los miembros diseñadores de accesorios (Loulou de la Falaise, Massaro, On Aura Tour Vu)
Los miembros diseñadores de joyería. (Boucheron, Chanel Joaillerie, Chaumet, Dior Joaillerie, Van Cleef & Arpels)
Si bien es cierto que es un honor pertenecer a este selecto grupo de diseñadores y casas de moda, también es cierto que, por desgracia, la alta costura es un arte en declive. Sus estándares de calidad tan altos y estrictos ofrecen productos que cada vez encajan menos en el mercado global. La pasarelas de alta costura cuestan millones a las casas de moda, los cuales no recuperan a modo de ventas. Hoy en día, la alta costura es principalmente un método publicitario y de comunicación de tendencias y no una opción real y viable para vestir a la población, como lo fue 100 años atrás.
Aquí en México, y de hecho en muchas partes del mundo, diferentes diseñadores de vestidos de noche o ropa formal se adjudican el término “alta costura”, me imagino yo que para dar a entender que sus creaciones son “exclusivas”. Por desgracia, estos diseñadores no tiene productos ni tan exclusivos, ni tan originales, ni de alta costura. Si, tal vez sean de muy buena calidad y hechos a la medida, pero nos guste o no, el término Haute Couture es un distintivo que se gana cumpliendo ciertos requisitos, parecido a como uno se gana el título de Licenciado o Ingeniero. Así que no, por más padres que estén las creaciones de diseñadores como Cocó Garza, Benito Santos y Mónica Gallardo (o las famosas tiendas de vestidos de XV años…) no son alta costura. Mejor solo digan que sus vestidos son hechos a la medida y de muy buena calidad, y ahorrense el oso de que los tachen de ignorantes, o peor, de farsantes, por querer adjudicarse títulos que no les corresponden.
Xo,
C.
*Si quieren saber un poco más sobre este “club” de personas que comprar alta costura, vean el documental de la BBC “The Secret World of Haute Couture”.