Cuatro de diciembre. Esa es la fecha de mi exámen profesional; once de diciembre es el día la entrega de diplomas. Después de cuatro años y medio, por fin es algo tangible. Por fin dejó de ser un sueño lejano y es una fecha real, marcada no solo en mi calendario, sino en el de otras treintaytantas personas.
El lunes pasado que venía camino a la escuela, mientras manejaba por Morones Prieto y vi a lo lejos el CEDIM, tuve una sensación muy rara. Sentí esas mismas mariposas, esa mezcla de miedo, nervios y emoción, que sentí aquella mañana de agosto de 2011 cuando crucé la puerta principal de la universidad por primera vez. En ese momento entendí que realmente era mi último primer día de clases. Llevo meses diciendo y pensando que este es mi último jalón, que ya casi me gradúo y que no tengo la menor idea que voy a hacer a partir del doce de diciembre, pero realmente no me había caído el veinte.
Estos últimos 8 meses he disfrutado mucho más mi carrera que los otros tres años y medio. He aprendido a disfrutar partes de mi carrera en las que nunca pensé que me interesaría. Durante los últimos 8 meses decidí que no puedo vivir con "temor" de las opiniones que tenga el resto del mundo sobre mí; que la opinión de absolutamente nadie sobre mí es más importante que la mía. Decidí retomar una de mis mayores pasiones y decidí que no sé de que manera, pero quiero vivir de esto.
En enero, llegué a un salón lleno de gente con la que nunca antes conviví por más de dos semanas, y con una opinión bastante errada de la mayoría de ellos. Este gente se ha convertido en mi familia, mucho más que varias de las niñas con las que conviví a diario por tres años y medio. He aprendido que puedo ser yo misma y que siempre habrá alguien que me acepté y me quiera así, tal cual soy. He aprendido también, que siempre va a haber gente que no me caiga bien, que existen personas que simplemente no hacer click y eso es algo completamente normal.
Durante los últimos 8 meses, estas 15 personas, con maneras de ser y personalidades totalmente diferentes hemos encontrado la manera de trabajar en conjunto y de realizar poco a poco un proyecto que pensábamos imposible hace no mucho. Trabajar con este equipo tan padre me encanta, honestamente creo que somos las personas perfectas para este proyecto; somos de las personas más capaces de nuestra generación (no por nada nos asignaron el proyecto más difícil de todos).
El hecho de ya saber que día se acaba todo; que día se acaba este sueño que perseguí por tanto tiempo, me da muchísimo miedo. No tengo miedo de acabar la carrera, eso me emociona muchísimo; me da miedo no saber qué sigue. Toda mi vida supe que acabando un semestre o año escolar, empezaría otro. Esta es la primera vez en mi vida en la que no tengo claro qué sigue, y honestamente estoy muerta de miedo.
Le neta, no sé a ciencia cierta que haré después de graduarme. Tengo un montón de ideas y planes. Estoy a nada de terminar una etapa que fue mi sueño por mucho tiempo, y ahora es momento de encontrar uno nuevo y seguirlo y llevarlo a cabo.
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December 4th. Thats the day of my final thesis presentation. December 11th. That’s the day of my college graduation. Finally, four and a half years later I have a date. Its finally something tangible and real and not just some distant notion.
Last Monday, while I was driving on Morones Prieto, and saw CEDIM in the distance I got this weird feeling in my stomach. It was that same exact feeling of a thousand butterflies moving around in my gut i had that hot August morning of 2011 when I first crossed my school’s front doors. I finally understood that this was my last first day of college. Ive been thinking about this day, actually this whole semester, for months. I’ve known that graduation is so close and it scares me to death not being sure what I’m going to do with my life come December 12.
Back in January, I came into a classroom full of people I’ve never really had a conversation with. I didn’t know most of my thesis partners and I actually had some very wrong opinions about a few of them. Fast-forward to now, and these 14 people have now become much more of a family (and i care more about them, honestly) than the other girls i’ve spent more than three years with.
I’ve learned that I can be myself, and that there will always be people who will accept me just the way I am; There’s no longer any space in my life for fake people, who will only smile and be nice to my face, but start trash talking as soon as they think i can no longer hear them. Of course there will always be people who don’t like me, that’s something completely normal, but I appreciate those who let me know I’m not welcome around them. I’m done with hypocrites.
During the past 8 months, these 15 people with personalities as different as they come, have found a way to work together and to little by little make a project that we thought impossible not so long ago come to life. Working with this awesome team is amazing. I truly believe we are some of the most capable and prepared people from our whole class (yay class of 2015!); I mean, not for nothing we were assigned to the hardest project of this year’s thesis project batch.
The fact that I now know when its all over; the day that this dream that i worked toward for so long finally comes to an end, scares me to death. I’m not scared of leaving college, that’s actually really exciting; I’m scared of not knowing what’s next. All my life I’ve known that after each semester comes another. This is the first time ever that I have absolutely no idea what comes after graduation.
I have a million ideas and projects and hopes and dreams. I’m so close to ending this stage of my life that was my dream for so long and I’m finally about to see it come to life. Now, all I have to do is find a new dream and go for it…
Xo,
-C.